EL BLOG DE VIDELA

Es el cuarto ex ministro de Zapatero que manda parar y se baja. Bernat Soria, anterior ministro de Sanidad deja su escaño y vuelve a sus investigaciones. Antes se fueron Jordi Sevilla, César Antonio Molina y Pedro Solbes. Nadie se creyó que sus motivos fueran sólo el interés de cada uno de ellos por sus actividad profesional privada.  La decisión de estos antiguos ministros se ha interpretado como una bofetada a Zapatero, una crítica a la orientación del gobierno, a la gestión del presidente. La oposición se abona a ese argumento porque es el que más le conviene. Sin embargo, conviene reflexionar sobre un hecho: los cuatro se han ido porque tienen una carrera profesional, un currículum, una profesión que les permite dejar la política. Molina o Soria gozaban de un prestigio profesional anterior a su condición de ministro. Los llamaron y ahora se van porque pueden, porque fuera de la política se pueden ganar la vida sin problemas.  Es lo contrario a los cientos de políticos con mayor o m

Un servidor le recomienda a Mariano Rajoy que se lo tome con calma, piense lo que va a hacer y elija. Por ejemplo, puede destituir a los protagonistas, mirar para otro lado o coger la puerta y marcharse. Que escoja porque el espectáculo del PP es para decir aquello de "... el último que apague la luz". El Gobierno va a la deriva, sin política económica coherente para abordar la crisis, con medidas que fomentan el enfrentamiento social, polarizando a la opinión pública. Con este escenario, los populares se ocupan de los negocios fraudulentos de algunos cargos o de la pelea callejera que organizan cada cierto tiempo Esperanza Aguirre y Ruiz Gallardón.  Todos miran a Rajoy, al que se le está acabando el tiempo si pretende ser alguna vez presidente del gobierno. Necesita poner orden por dos razones: porque el PP tiene que concentrar sus esfuerzos en ganar las próximas elecciones, y porque el electorado castiga las peleas intrapartidarias y la falta de liderazgo. Mucho me temo que

El Telediario de TVE que dirige Pepa Blanco también prefiera abrir con las cuitas del PP madrileño. En fin, es la consecuencia de este periodismo de declaraciones, que se preocupa más por la casquería política que por la corrupción de los representantes de los ciudadanos.

Soy un ciudadano gallego, periodistas y profesor universitario. Con ese bagaje como presentación le recomiendo humildemente al líder de los socialistas gallegos, a Patxi Vázquez, que se sosiegue. Hoy le llamó caradura y mentiroso al presidente de la Xunta. Fue en el debate sobre el complemento mínimo para las pensiones contributivas. Tengo para mi que el señor Vázquez se equivoca de estrategia. El Parlamento no es una taberna do Carballiño, y alguien debería recordárselo al señor Vázquez. El recurso al insulto retrata al que lo profiere; rara vez da réditos políticos y no afianza el liderazgo interno. Que lo tenga presente el señor Vázquez si no quiere ser una especie de Berlusconi gallego. Por lo que respecta al gobierno gallego hay que ser claro: es una rectificación en toda la regla. Hace dos días dijeron que retiraban el complemento anual para las pensiones no contributivas, como se encargó de explicar la conselleira de Traballo e Benestar. En 48 horas cambiaron de opinión. Rectifi

Sentado frente al televisor veo el informativo de Cuatro que dirige Iñaki Gabilondo. Primera noticia: el enfrentamiento en el PP de Madrid entre Esperanza Aguirre y los hombres de Gallardón. Segunda noticia: la presunta trama de corrupción investigada por la justicia en Cataluña que se ha llevado por delante a un peso medio del PSC, dous concelleiros socialistas e dous antigos prebostes da Catalunya pujoliana. Es en estas cosas, que probablemente pasan inadvertidas para el  gran público, dónde se aprecia las filias y fobias informativas, las tendencias para crear opinión y orientar a los espectadores hacia las posturas editoriales que se defienden. Es una verdad tan rotunda como las que cada día administra Gabilondo desde su mesa de trabajo. En la noticia de Catalunya se informa de que el president Montilla hizo una declaración sobre el caso de Santa Coloma sin admitir preguntas. ¿Qué clase de periodistas somos lo que permitimos que un cargo público se explaye a su gusto en un asunto t