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Laicismo, pero para todo

Es lo cierto que la Iglesia española se ha trabajado a pulso la imagen, mala, que tiene en la sociedad española. Más bien habría que decir que la imagen mejorable es la de la jerarquía, empeñada en expedir certificados generales de moral a partir de su particular criterio.

Como reacción al intento de adoctrinamiento general por parte de la Iglesa ha ido calando en España una corriente que critica todo lo que tiene que ver con el catolicismo o el cristianismo en general. Son esas voces que acusan a los obispos y los curas de ocuparse únicamente de fortalecer su posición social y los privilegios del pasado.

Bajo el paraguas del laicismo se cobijan movimientos y personajes dispuestos erradicar cualquier signo religioso de la escena pública. Exigen que la religión salga de la escuela, que la Iglesia pague el IBI o que el Estado deje de subvencionar la enseñanza concertada que imparten colegios católicos.

No digo yo que no tengan razón en sus planteamientos, pero no toda la razón. ¿Se han parado a pensar que lo que supone la acción social de la Iglesia?¿el trabajo no cuantificado de sacerdotes y seglares en el apoyo y la promoción de los sectores más atacados por la crisis?¿han ponderado, por ejemplo, el trabajo de los voluntarios de Cáritas o de Manos Unidas?

Quizá no lo sepan o no quieren saberlo, pero es la misma Iglesia que no paga el IBI o que enseña religión en la escuela. ¿Estamos dispuestos a que se retire de TODO tipo de actividad? Que cada uno se responda.

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