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#salvemosCAVudc

Cada año por estas fechas la Facultade de Ciencias de Comunicación de la Universidade da Coruña está preparando el curso siguiente. Se ven resultados de encuestas entre alumnos, se tabulan porcentajes de aprobados, se tramitan estancias de alumnos Erasmus, se elaboran guías docentes, etc... Contra lo que pueda pensarse, hay mucho que hacer en junio y julio.

Pero esta ocasión las cosas son distintas. Además de todo eso tenemos que ocuparnos de defender nuestra facultad, su existencia dentro de la Universidade de A Coruña. Alguien o algunos, suponemos que dentro del equipo rectoral, juntos o por separado, han pensado que nuestra facultad se puede fusionar con la de Sociología. Cuestión de ahorrar dinero, dicen. Unos 32.000 euros en un presupuesto de 116 millones de euros.

Estupor, asombro y un punto de irritación. Es descorazonador ver cómo se pone en peligro una titulación única en Galicia y en España desde un despacho con vistas a la bahía de A Coruña. Y no es el primer intento de alterar el curso de un centro y un grado que solo ha conocido crecimiento desde que se implantó en la UDC.

No os voy a atosigar con datos. Nuestra facultad tiene problemas como todas; tiene cosas que mejorar, como todas; sufre el recorte de presupuestos, como todas. Y también tiene ganas de crecer, si nos dejan; de mejorar la docencia; si nos dejan; de desarrollar nuestros postgrados, si nos dejan.

Ahora van a constituir en la UDC una comisión de trabajo para abordar posibles fusiones. Yo confío en el sentido común y la profesionalidad de los compañeros que van a decidir el futuro de la facultad. Seguro que actúan con más prudencia que los dirigentes de nuestra universidad. Mantener Ciencias de la Comunicación es defender el futuro de la Universidade da Coruña.

El equipo rectoral nos ha puesto en el disparadero sin explicar por qué, con desconocimiento de las características de la titulación. En todo caso, y por lo que pueda pasar, recordemos aquello que dijo un rector de la Universidad de Salamanca, en dramáticos momentos de la historia de España: ¡Venceréis, pero no convenceréis!

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