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Mostrando entradas de enero 18, 2015

A mí, que me registren, yo no sé nada.

¿Qué tienen en común Ana Mato, la infanta Elena y Mariano Rajoy? Fácil, los tres no se enteraban de lo que pasaba delante de sus narices. Ana Mato no cayó en la cuenta de los coches de alta gama que se aparcaban en el garaje de su casa y que su marido recibía de los conseguidores de la trama Gürtel; la infanta no estaba al tanto de los tejemanejes empresariales y fiscales de su marido pese a que firmaba la constitución de sociedades pantalla; y Mariano Rajoy no se enteraba de que Luis Bárcenas, "esa persona" en la terminología actual del presidente del Gobierno, se hacía de oro con la gestión económica del PP. Ya sabemos cómo se hacen las cosas en las elites sociales y política. Si te pillan con el carrito de los helados pones cara de sorpresa y juras por tus antepasados que no sabías nada, aunque el presunto delincuente sea tu marido, formes parte de su entramado empresarial o recibas sobresueldos de él. De verdad, viendo esto se me ocurre pensar que esta gente tiene e

Elogio de la televisión pública

Cuando menos te lo esperas aparece la circunstancia que da sentido a tantos debates estériles por inútiles. Es lo que me pasó el viernes último a cuenta de la televisión pública y su valor para los ciudadanos. De pasada me topé en la segunda cadena de TVE con un documental biográfico del doctor Gregorio Marañón, un médico humanista de gran peso en la historia intelectual del siglo XX español. Quedé enganchado, retrasé mi cena y, al finalizar, me dije: ves José, para esto sirve la televisión pública. Sirve para que a las 21:30 puedas ver una producción audiovisual minoritaria por el público al que se dirige, bien hecha, que te enriquece cultural e intelectualmente. Un documental que no tendría cabida en una televisión comercial. Con este ejemplo les explicaría yo algunos políticos y a muchos ciudadanos por qué debemos mantener televisiones públicas de calidad en nuestras sociedades. Hay sitio para todo y no todo tiene que ser infoentretenimiento, realities o telebasura. Cada cosa