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Mostrando entradas de marzo 8, 2015

Lo más leído

En las ediciones on line de los periódicos hay una estadística, hacia la parta baja de la larga página de inicio, que recoge las noticias más leídas por los lectores. De alguna manera refleja los "gustos" de la audiencia. Haciendo un repaso de las estadísticas de este blog me he dado de bruces con el cuadro que os muestro: Es decir, que el post más leído en esta semana es aquel en el que cuento lo mala que es la última peli de Cámeron Díaz, esa en la que sale en velados y púdicos paños menores haciendo ejercicios malabares en la cama. Se impone a los problemas de la universidad, la inmigración o el valor de la tele pública. Quizá sea cosa de los buscadores, los algoritmos o las palabras clave, pero en todo caso da para pensar.

Cuchillas, injusticia y pobreza

Un nuevo drama en el mar que separa Europa de África. Más muertes anónimas . Al mismo tiempo, por tierra, no cesan los intentos de entrar en la "tierra prometida" . Es probable que haya gente que piense que se trata de resistir elevando muros cada vez más altos. Craso error. Esos hombres y mujeres que se juegan la vida para alcanzar la opulenta Europa están impulsados por la desesperación y la certeza de que su futuro, en su tierra, es pobreza y opresión. Frente a ello de nada sirven las cuchillas o las pelotas de goma. El papa Francisco lo ha expresado certeramente en su carta apostólica "La Alegría del Evangelio". Leamos: "Cuando la sociedad —local, nacional o mundial— abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Esto no sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los excluidos del sistema, sino porque el

El valor de la televisión pública

Frecuentemente, políticos, periodistas y comunicadores en general se preguntan, de forma retórica o con aviesa intención, para qué sirve una televisión pública. Los políticos versión española lo tienen más o menos claro, aunque no lo digan abiertamente pero lo practiquen a diario: para utilizarla como altavoz de su propaganda. Esa es una concepción espuria de lo que tiene que ser un medio de comunicación público. A la vista de lo que está aconteciendo con la televisión en abierto en España, al menos debe servir para ofrecer un contrapunto "sanitario" a la mierda que se programa a diario en buena parte de la oferta comercial. Para espíritus más exquisitos o menos contaminados dejo el enlace del Laboratorio de RTVE para que vean el valor de lo que se puede hacer desde una tele pública. Por si alguien necesita más argumentos que los higiénicos: http://lab.rtve.es/interactivo#

Pobre universidad española

Hace catorce años y medio que soy profesor universitario. Durante otros veinte trabajé como periodista. Incluso durante cuatro simultaneé ambas actividades. Por eso a veces digo, con un punto de provocación hacia mis interlocutores, que no soy profesor universitario, que soy un periodista en stand by . Me gusta analizar la universidad desde una posición que pretende ser la de un observador más o menos neutral. No sé si lo consigo, pero al menos es mi intención. El obstáculo para ello es que cuando el pretendido observador está dentro de las tripas de la máquina se hace complicado guardar la debida neutralidad. Mi experiencia es que a la universidad española se le puede aplicar aquello de que "entre todos la mataron y ella sola se murió". Es decir, que los de dentro y los de fuera hacen cosas que la llevan de un sitio para otro, haciendo que crujan las cuadernas de un navío en el que hay tripulantes preparados para hacer las cosas mejor. Esto es lo que hacemos desde de

Ni por Cámeron Díaz ....

Se sienta uno delante de la tele para pasar una tarde de domingo cinematográfica y la primera en la frente. Aunque la culpa es toda mía por caer en la tentación. Sí, se me ocurrió ir al YOMVI y ponerme a ver Sex Tape , la última de Cameron Diaz. Aguanté media hora. Suficiente para hartarme de un guión lamentable. Y de los desnudos púdicos para soslayar la muy púdica agencia de calificación americana. Ya sabéis, en los USA puedes comprar una pistola en el súper, pero eso del sexo en el cine tiene que ir dentro de un orden. En fin, que me voy a otra cosa. Ni Cámeron Díaz  merece un minuto más de mi tiempo sabático.